Hoy finaliza 2024 y antes de dar paso al nuevo año realizo una pequeña reflexión sobre el estado del mundo y las prioridades de la humanidad. La arquitectura es optimista y tiene voluntad de servir a las personas. Creer, crear y hacer posible. Con amor se puede. Sin él, solo nos queda el dolor, la destrucción y el caos. ¡Feliz 2025!