El desmantelamiento fulminante del poblado de «Walili» en Almería choca frontalmente con la lentitud administrativa con la que se tramita la demolición del Hotel El Algarrobico , ubicado en la misma provincia a 35 kilómetros de distancia. Un evidente agravio comparativo que deja entrever el funcionamiento más perverso del sistema que, una vez más, ataca directamente a los más vulnerables.